El ciclo vital característico de una institución; sea un sistema de gobierno, un partido político, una asociación o sociedad. Hertzler traza un interesante esquema del mismo. Su origen más frecuente consiste ahora en un movimiento de reforma o en otra situación que requiere nuevas técnicas de adaptación, que crea sus propios conductores o jefes y establece ciertos procedimientos necesarios para su actuación. Con su vehemencia o propaganda alcanza prestigio y popularidad; luego, autoridad, poder; pero envejece en su triunfo, casi siempre por transformarse los antiguos innovadores o revolucionarios en satisfechos o reaccionarios. La estructura se torna rutinaria, inflexible. Su solidez se resquebraja y termina por desaparecer; salvo ser fundamental engranaje en la sociedad, en que experimenta una modificación en alguna crisis profunda; reorganización con la cual se reanuda el ciclo.
Concretando, establece las cuatro típicas fases cíclicas: 1* de organización inicial; 2* de funcionamiento eficaz; 3* de formalismo; 4* de desorganización o decadencia. Esta semejanza recuerda a la antigua comparación de la vida humana y la de las personas jurídicas: formación (nacimiento), desenvolvimiento favorable (juventud), florecimiento estable (madurez) y decadencia (senectud), con la extinción por muerte.