Locución latina. Promesa y garantía con fincas. Esta doble seguridad verbal y real era exigida a los magistrados que desempeñaban cargos fiscales (del fisco), a los contratistas de obras públicas y a los recaudadores de los impuestos del Estado y de los municipios romanos, para compelerles al cumplimiento de sus obligaciones y, sobre todo, a la principal: lá entrega cabal de lo perteneciente a las cajas del tesoro estatal y de las ciudades. Esta institución subsiste en casi todas partes en forma de fianza; por lo general, depósito de dinero o de efectos públicos, sin excluir la hipotecaria.