f. Apoyo cilíndrico, de mayor altura que su diámetro, compuesta de base, fuste y capitel, que sirve para sostener techos o adornar edificios. Serie o pila de cosas colocadas una sobre otra. Parte en que suele dividirse el texto impreso o manuscrito en un papel. Forma en que ascienden algunos fluidos (columna de humo). fig. Amparo, protección, sostén. Formación de tropas de poco frente y mucho fondo. Porción de líquido contenido en un cilindro vertical (columna termométrica). quinta columna, grupo de individuos infiltrados en el bando enemigo para debilitarlo o destruirlo.
sustantivo femenino ( f.) Arquitectura (Arq.) Apoyo de forma generalmente ( gralte.) cilíndrica, de mucha más altura que diámetro, que sirve para sostener techumbres u otras partes de la fábrica o adornar edificios o muebles. Los elementos prales. que constituyen una columna son, de abajo arriba, la basa, el fuste o caña y el capitel.
• Monumento conmemorativo en forma de columna. Serie o pila de cosas colocadas ordenadamente unas sobre otras.
• Artes Gráficas (Art. Gráf.) En impresos o manuscritos, cualquiera de las partes en que suelen dividirse las planas por medio de un blanco o línea que las separa de arriba abajo.
• fig. Persona o cosa que sirve de amparo, apoyo o protección.
• Física (Fís.) Forma más o menos cilíndrica que toman algunos fluidos en su movimiento ascensional.
• Física (Fís.) Porción de fluido contenido en un cilindro vertical.
• Militar (Mil.) Masa de tropas dispuesta en formación de poco frente y mucho fondo.
columna en el Derecho Usual
Del sentido arquitectónico de apoyo aislado y más o menos cilindrico, derivan diversos significados de índole figurada, como el de amparo y protección; además del de formación militar con poco frente y mucho fondo. En nuestro tiempo, la voz ha logrado enorme divulgación a través de la acepción política que destacamos:
Quinta columna. «Conjunto de los partidarios de una causa nacional o política, organizados o comprometidos para servirla activamente, y que, en acción de guerra, se hallan dentro del territorio enemigo». (Dic. Acad.). La expresión se originó en el célebre sitio de Madrid (1936-1939), a raíz de las manifestaciones de uno de los generales que avanzaban en dirección a plaza y que auguró, en los primeros meses de la guerra, que la capital no sería ocupada por ninguna de las cuatro columnas visibles que la atacaban entonces; sino por una «quima columna», oculta y situada dentro del enemigo. En cierto modo, dos años y medio después tuvo confirmación ese vaticinio, muerto ya su autor; porque la capital fué entregada tras la rebelión interna y final en el seno del ejército republicano.