Locución latina. Constituye la intención criminal o conciencia delictiva; el aspecto interno o mental frente al acto u omisión criminal. Varía con cada delito, porque acompaña a cada infracción; en el robo consiste en el propósito de apoderamiento de lo ajeno; en los delitos contra la honestidad, en la satisfacción de una pasión prohibida, concretada en la posesión ilícita o en otra modalidad sensual; en el contrabando, en el cono cimiento de que los objetos son de comercio ilegal.