f. Estado regido por un monarca. Forma de gobierno en que el poder supremo corresponde, con carácter vitalicio a un rey, designado según orden hereditario y a veces por elección. constitucional, aquella en que la autoridad del rey está limitada por una constitución.
  sustantivo femenino ( f.) Est. regido por un monarca.
•    Forma de gobierno en que la jefatura del Est. es asumida y ejercida vitaliciamente por una sola persona, llamada rey o soberano. ¤   MONÁRQUICO, CA ;  MONARQUISMO .
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 * Historia (Hist.)  Aunque en determinados momentos y lugares la monaquía ha sido electiva, el carácter vitalicio ha sido el denominador común a todas ellas. La monarquía absoluta se caracteriza por el poder ilimitado del monarca, y es típica de los Est. surgidos del Renacimiento. La monarquía limitada supone el sometimiento del rey al control del parlamento y la limitación de su autoridad al control de una constitución. La monarquía limitada estamental es propia del Est. feudal. La monarquía limitada constitucional es propia de los Est. modernos. 
monarquia en el Derecho Usual
Forma de gobierno en que la jefatura del Estado, absoluta, moderada, constitucional o parlamentaria, ee ejercida de modo vitalicio por una persona investida de prerrogativas y honores especialísimos el monarca o rey que, por lo general, transmito el poder a sus descendientes, por el sistema de rígida primogenitura.    Estado regido más o menos efectivamente por un monarca. | |  Duración del régimen monárquico en un país.
Aunque ha habido monarquías electivas, y aun lo continúa siendo, por naturaleza, tradición y ley, la Santa Sede en cuanto gobierno temporal y espiritual al predominio avasallador corresponde a las monarquías constitucionales, donde la corona o el trono, símbolos de la institución monárquica, se vinculan a una familia, en la cual se perpetúa por el orden sucesorio establecido en la Constitución u Otro texto especial» Para Aristóteles, de acuerdo con la etimología de la palabra, monarquía es el gobierno de un individuo; aristocracia, el de algunos; democracia, el de todos. Degradados por el servicio exclusivo del interés representado, esas tres formas se convierten en tiranía, oligarquía y demagogia, (v. las principales voces cit.) En El espíritu de las leyes, Montesquieu divide los gobiernos, según su naturaleza, en republicanos, en los cuales el gobierno es ejercido por el pueblo (democracia) o por una parte de él (aristocracia) ; en monárquicos, donde impera una sola voluntad, pero con sujeción a las leyes; y en despóticos, donde gobierna un soberano sin otra ley que su albedrío o capricho.
La accidentalidad de las formas de gobierno, proclamada por el gran tribuno español D. Cristine» Martos, constituye una realidad en cuanto a la posible ventura y desgracia de los pueblos con testas coronadas o con gorros frigios. Pero lo indudable, sin más que fijar los ojos en la geografía y recordar la historia de más relieve, es la decadencia total de la institución monárquica, dominante en Europa antes de la Revolución francesa, quizás con la sola excepción suiza; pero los aires liberales de aquel movimiento y del siglo xix socavaron la mayoría de los tronos existentes, para destrozarlos casi por completo luego de las dos guerras mundiales, que reducen 1a9 monarquías europeas a las nominales de los tres países escandinavos, la inglesa, las de Holanda y Bélgica y la artificial e impuesta de Grecia. En América no existe una sola monarquía; y los ensayos imperiales del México y del Brasil en el siglo xix no constituyen precisamente argumento favorable para el trasplante de la especie que se está perdiendo en el Viejo Mundo, (v. REPÚBLICA.)