la idea intuitiva de causa surge del intento de explicar lo que ocurre en el entorno mediante un determinado esquema lógico subyacente que permite relacionar unas cosas con otras mediante conexiones necesarias. Esta capacidad para establecer conexiones causales es una habilidad cognitiva básica del ser humano y de algunos primates. Esta habilidad cognitiva básica es importante precisamente porque existe cierta evidencia empírica de que, siempre que se den las mismas circunstancias como causas, se producirá siempre el mismo efecto. Parafraseando una proposición de Aristóteles: “Todo lo que se mueve, se mueve por otro”. El filósofo ingles David Hume (1711-1776) critica esta noción al considerar la causa como una costumbre adquirida a través de la experiencia sensible.