La que se hace por medio de testigos (v.e.v.), o sea, a través del interrogatorio y declaración verbal o escrita de personas que han presenciado los hechos litigiosos o han oído su relato a otros. La fragilidad de la memoria, la parcialidad de los deponentes (propuestos por las partes y en principio adictos a ellas), y la mala fe, que encuentra fácil parapeto en los errores, hacen que esta prueba sea la que goce de menos autoridad. (5.924, 6.158.)