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* Elegir una contraseña fácil de recordar, pero difícil de suponer. Esto es aplicable para todos los sistemas que utilice, ya sean internos o externos a la empresa donde trabaje. * No mantener la contraseña igual al nombre de usuario, nombres o apellido propios. * No utilizar información personal deducible, tal como la fecha de cumpleaños, nombre de hijos, número de teléfono, etc., en la formación de la contraseña. * Es recomendable establecer una clave de al menos ocho caracteres, intercalando números con letras y mayúsculas con minúsculas y caracteres especiales. Una buena regla práctica es tener una contraseña con al menos dos tipos de los siguientes caracteres (preferentemente 3): letras minúsculas (a-z), letras mayúsculas (A-Z), números (0-9) y caracteres especiales (por ejemplo $, %, #). * No dar a conocer la contraseña ni tipearla frente a otra persona ni dejarla escrita en un papel o lugar visible por otras personas ni almacenarlas en la PC o correo. En caso de que se desconfíe de que pueda haberse revelado la contraseña de alguna manera, cambiarla lo antes posible. * No utilizar claves repetidas para sistemas críticos y no críticos simultáneamente. * Cambiar las claves con frecuencia y no utilizar claves inmediatas anteriores a la actual. * Ejemplos de claves seguras: o mi-perro-es-negro (una frase separado por caracteres especiales) o h3110_j45 (combinación de letras, números y caracteres especiales) o Mari$a_27 (combinación de letras mayúsculas y minúsculas, números y caracteres especiales)
¿Mejoramos la definición?
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Publicado el 14/07/2018. |